Info





Nuevo edificio de la Fundación DONOSTIA INTERNATIONAL PHYSICS CENTER

 

 

Concurso. Segundo

 

UBICACIÓN
San Sebastián, España

AUTORES DEL PROYECTO
Gerardo Ayala Hernández
Mateo Ayala Calvo
Marcos Ayala Calvo

COLABORADORES
Mª Concepción Calvo Campos, Ingrid Halbach, Leticia Roqués Gómez, Sergio Jiménez González, Mª Carmen Pozo Saavedra, Raquel Ruiz García, Raquel García Moreno; Mónica Encinas

INFOGRAFÍAS / INFOGRAPHICS
Drama (Fran Mateos, Eloy Noriega, Pablo Jiménez)

PROMOTOR / CLIENT
Fundación DIPC

SUPERFICIE
6000m²

FECHA CONCURSO
Octubre 2022

 

MEMORIA

Desde siempre la ocupación principal de la arquitectura ha sido poner orden a las cosas, de manera que los edificios sirvan a su cometido funcional de forma sencilla y comprensible para sus usuarios. Este es el objetivo que persigue el proyecto: ordenar una parcela que, por sus condiciones geométricas, programáticas y topográficas, necesita funcionar definitivamente.

En una parcela fuertemente rodeada de vegetación y sobre una gran pendiente, los actuales pabellones del centro de investigación funcionan como si se tratara de una pequeña aldea en la que, en un ambiente aparentemente doméstico, se desarrolla una actividad científica e investigadora de primer nivel. El nuevo edificio se plantea como un nuevo habitante en esta aldea, que, sin perturbar el ambiente relajado en el que se desarrolla la actividad investigadora, contribuye al conjunto, solucionando los problemas funcionales que ahora mismo existen.

Al problema de desarrollar la actividad en varios centros, se le suma la complicación que la fuerte pendiente supone para las conexiones de personas y cargas. La solución que plantea el proyecto se basa en “modelar” el terreno, generando distintas plataformas a diferentes alturas que permiten ubicar sobre cada una de ellas los accesos a todos los edificios del conjunto. A la manera clásica los pabellones existentes encuentran su ubicación sobre un basamento que ordena el tránsito de unos a otros, y despeja el espacio para colocar el nuevo edificio, que protagonizará la imagen general del Donostia International Physics Center

El nuevo edificio se retranquea de la zona de arbolado a conservar, buscando la alineación con el edificio 4. Esto permite generar un espacio de acogida previo desde el que se accederá al vestíbulo, junto al que se han ubicado todos los usos compartidos por todos los edificios del centro.

A este vestíbulo se abren el auditorio y varias salas de reuniones que, junto con el espacio previo al auditorio previsto para exposiciones, posters o catering, formarán un pequeño centro de convenciones con posibilidad de ser usado fuera del horario de trabajo. El auditorio se desarrolla en un graderío descendente que permite tener un escenario de gran altura en donde ubicar una pantalla de gran dimensión. La sala institucional, también asociada al vestíbulo, puede igualmente abrirse al jardín de acogida, permitiendo que el edificio disfrute de su entorno en los días de buen clima.
Bajo el basamento se ubica el aparcamiento y los accesos rodados al interior del edificio. También bajo este podio se ubican los laboratorios, que por su actividad deben estar ligados al sótano, aislados mecánica y electromagnéticamente del resto del edificio, y con cimentación independiente. Estos 8 laboratorios al igual que la zona de carga y descarga tienen doble altura (6.5m), lo que permitirá la instalación de un puente grúa si fuera necesario, y podrán contar con un foso para guardar maquinaria cuando haga falta.

En altura, el edificio se desarrolla en cinco niveles, si bien solo tres plantas sobresalen por encima de la rasante del jardín más alto, situado a la cota +7.50 del proyecto (+15 s.n.m.).
La altura total del edificio, incluyendo la planta de cubiertas en la que se ubican las instalaciones, se sitúa a la cota +22,5 del proyecto (+30 s.n.m.)

La solución planteada propone un contenedor flexible estructural y funcionalmente, que contendrá el programa de laboratorios y despachos en las plantas altas, y los usos comunes asociados a las plantas bajas, en conexión con el exterior en cada uno de sus niveles, sin interferencias entre ambos, pero formando parte de un conjunto unitario.

El uso jerarquiza las plantas altas. Dos alas paralelas, dedicadas a laboratorios y despachos colectivos y divididas en módulos de 50m2 orbitan alrededor de los pasillos del gran vacío en el que se ubican las circulaciones verticales: escaleras, ascensores y núcleos de distribución de instalaciones. En los testeros se sitúan los despachos individuales y dobles, repartidos uniformemente por todas las plantas.
La idea que origina el proyecto se expresa en el espacio vacío generado por el desplazamiento de los módulos que configuran el conjunto. Este vacío recorre el edificio longitudinalmente de arriba abajo, expandiéndose y comprimiéndose por los diferentes niveles, favoreciendo la entrada de luz y vistas sobre el arbolado existente en el jardín de acceso. El espacio vacío es el protagonista de la propuesta, y estructura y organiza el trabajo a su alrededor, al tiempo que se convierte en la imagen que guardarán en su memoria los visitantes de su paso por el centro.

Alrededor de las distintas terrazas se sitúan las salas de reunión y de descanso, más o menos informal, pero con un marcado carácter de trabajo fuera de lo ordinario. Estas áreas abiertas en los distintos niveles funcionarán como puntos fijos en la organización de la planta, como focos sociales, señalan el tránsito de un ala a otra y sirven como lugar de encuentro y relajación.

Se ha favorecido enormemente la circulación vertical por el edificio usando las escaleras, lo que independientemente del gran ahorro energético que supone no usar el ascensor para todos los movimientos, mejora la flexibilidad de uso de las plantas y la interrelación de unas áreas y otras, además de favorecer las relaciones personales. Escaleras, pasillos y terrazas alternan en un juego de vacíos que se asoman unos sobre otros y que harán de los vestíbulos y zonas comunes un espectáculo para los investigadores y las visitas que, desde el jardín o el vestíbulo, contemplen el ajetreo de las personas yendo y viniendo.

La situación del oficio comedor se ha estudiado para que todos los usuarios del centro queden equidistantes de este punto de encuentro diario. Asomado sobre el podio esta pieza recoge el jardín superior, donde los trabajadores encontraran la privacidad y el sosiego necesario en los ratos de descanso.

El tránsito de cargas y mercancías por los distintos niveles se ha resuelto con un montacargas de gran capacidad (3,9 x 2,4 m) para cargas hasta 2500kg, en conexión directa con el muelle de carga y descarga. Se trata de centralizar toda la mercancía tanto la destinada al uso en los laboratorios, como la necesaria para el mantenimiento del edificio hasta la cubierta de instalaciones. Este montacargas permite también prescindir de la actual rampa de vehículos con acceso a la cota 7.5 del proyecto (+15 s.n.m.), al poder mover cualquier carga hasta esta cota en el jardín superior desde el muelle centralizado. No obstante, se ha pensado en un acceso rodado desde el exterior, entre el nuevo edificio y el edificio 4, que permite el acceso ocasional si fuera necesario.

El esquema constructivo sigue la misma lógica funcional: un contenedor se apoya en un basamento; en la convicción de que la sencillez constructiva ayudará a una percepción más amable y positiva del edificio.

Se ha pensado en un revestimiento cerámico esmaltado en un color dorado para el basamento, que recuerda los tonos aterciopelados del terreno natural, y sobre el que descansará un edificio moderno, en el que se emplearán elementos modulares de aluminio para la construcción de la fachada.

Nuestra propuesta utiliza un lenguaje visual que reconoce su origen industrial, pero que se matiza con acabados de aspecto elegante. La arquitectura prefabricada ha adquirido el prestigio que siempre tuvo la tecnología, y su uso es hoy sinónimo de eficacia medioambiental y modernidad. Los colores del edificio jugarán con el reflejo de los tonos de su alrededor, dándole una apariencia innovadora que contrastará con el entorno natural en todas las estaciones del año.

La presencia constante de pocos materiales: hormigón, aluminio y cerámica, y la percepción de la modulación como elemento básico generador del edificio, transmitirán una lectura del espacio rica en matices y de elegante rigor. Se trata en fin de hacer uso del catálogo de la industria en vez de inventar detalles más o menos “bellos”, e insistir en la claridad del diseño constructivo.

Con el buen tiempo se vive más en el exterior que en el interior y sabemos que en los centros investigación las ideas aparecen tanto fuera del laboratorio como dentro de ellos. En las zonas ajardinadas, a la sombra de los espacios entre bloques, bajo los porches, en las terrazas, en los vestíbulos y pasillos…, el edificio transmite una sensación de encuentro con los demás.

CONSTRUCCION
La solución del nuevo edificio permite que durante la ejecución de las obras el resto del complejo siga funcionando sin interferencias.

Se ha tenido muy en cuenta el compromiso medioambiental que la sociedad debe mantener en la actualidad, por lo que se ha prestado especial atención al diseño del cerramiento.

Se ha pensado en un cerramiento prefabricado de perfiles de aluminio y vidrios selectivos y bajo emisivos alternando con paneles de chapa ligera. La dimensión de los paños acristalados varía según las plantas y los usos. El vidrio irá de suelo a techo en los vestíbulos, mientras que, en los despachos y módulos de laboratorios, el vidrio se apoya en un antepecho ciego, que reduce la superficie de vidrio, y ayuda a la privacidad de estos espacios

Atendiendo, por un lado, a un concepto claro de modulación, prefabricación y montaje in situ que guía todo el proyecto, y por otro, al alto grado de tecnificación que requiere una fachada de grandes prestaciones energéticas y térmicas, los módulos se prefabricarán en taller al tiempo que se monta la estructura en obra, de forma que al acabar las estructuras pueda procederse a montar el cerramiento. Así la obra quedará “cerrada” en un plazo brevísimo de tiempo, pudiéndose empezar con las labores de instalaciones y acabados interiores en una etapa muy temprana de la obra.

Todos los módulos serán diseñados para eliminar cualquier puente térmico, garantizando un aislamiento perfecto como se requiere en un edificio medioambientalmente comprometido.

Es muy importante, en un clima como el nuestro, garantizar un buen estudio del sombreamiento de las áreas acristaladas. En este sentido se han dispuesto lamas verticales de aluminio que, en un conjunto bien orientado, consiguen el efecto deseado, durante el día en cualquier estación. Las divisiones interiores en los laboratorios se realizarán con tabiquería de pladur acústica y con subestructura reforzada. Estos tabiques permiten que, en el futuro, una renovación de la modulación de los laboratorios o los despachos colectivos que se hiciera necesaria conlleve una remodelación sencilla, sin obras costosas o interrupciones en el uso del edificio.

Para los despachos se plantea una solución con divisiones modulares, a base de mamparas ciegas de chapa lacada con interior de lana de roca, y paños de doble vidrio. Estos “tabiques” son fáciles de desmontar o cambiar de posición según avancen con el tiempo las necesidades del edificio, lo que redunda en una flexibilidad que necesariamente han de tener los edificios modernos.

En cuanto a las instalaciones, se ubican en la cubierta sobre bancadas de un metro de altura que permiten la distribución hasta los dos grandes patios que irán cosiendo en vertical todo el edificio. La distribución en cada espacio se hará desde los espacios comunes. En el suelo se instalarán cajas empotradas para el cableado estructurado. Se trata de eliminar las soluciones costosas y emplear las soluciones técnicas que nos ofrece el mercado, para optimizar el gasto y el mantenimiento.