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Palenque. EXPO’92, Sevilla

 

Concurso. Segundo Premio

UBICACIÓN
Sevilla. EXPO’92

AUTORES DEL PROYECTO
Gerardo Ayala Hernández

COLABORADORES
Mª Concepción Calvo Campos, Javier Bregante, Jaime Albiñana, Alberto Fernandez Pacheco, Beatriz Calvo

SUPERFICIE
16.500 m2

FECHA CONCURSO
1989

FOTOGRAFÍA
Juan de la Sota

 

MEMORIA

Palenque: Valla de madera para cerrar un terreno o con algún otro fin. Hay unas cuantas calles de efímera duración limitadas por palenques.

Buena definición para un edificio de espectáculos que nos separe físicamente del cansancio de la Feria; Feria para el siglo XXI y edificio inevitablemente tecnológico, pero realizado con la máxima sencillez y de rápida ejecución, en el que cada pieza puede ser desmontable, para poder colocarlas, una a una, de nuevo, en un lugar elegido para mayor permanencia y con el mismo uso. El suelo modelado bajo el edificio, en piedra natural, es lo único que quedara, junto con la lamina de agua, cuando se decida trasladarlo al finalizar la gran exposición.

Un gran porche diáfano elevado un metro sobre las avenidas de la Feria por un basamento de piedra, bajo la sombra de la primera planta y de los toldos del patio, refrescado por el agua. Los visitantes pueden descansar bajo el edificio e incluso disfrutar de alguna pequeña actuación y refresco sin entrar en la zona de grandes espectáculos, a modo de plaza de acceso, de paseo, de punto de encuentro.

Arriba un gran vestíbulo de doble altura, adaptable a cualquier forma de entreplanta, desmontable, para exposiciones temporales. El cerramiento de esta mitad de edificio es basándose en lamas metálicas, graduables por ordenador, quizá.

La otra mitad de la caja de 81 x 81 m un espacio cerrado, climatizado, auditorio para toda clase de espectáculos en vivo, proyecciones, láser, etc. Cerramiento exterior tipo sándwich de chapa metálica lisa de gran calidad.

La versatilidad del escenario es tal que permite espectáculos interiores visibles, en parte, a través de separación acristalada, espectáculos paralelos, interior-cubierto, exterior-aire libre, mediante separación opaca y, en ocasiones de agradable clima, tal vez en las noches sevillanas, plegados los toldos para dar paso a los cielos estrellados, ampliación del escenario a circulo giratorio total, en donde se puedan dar todas las formas posibles de espectadores, sentadas en el graderío o bajo el porche, alrededor de pequeños quioscos de bebidas, de pie en el patio o arriba asomados a la barandilla, a modo de gran palco.

Como coronación, en la cubierta, una terraza-bar. Enfrente la silueta de la ciudad, abrazada por el río, sus torres y reflejos, imágenes que fueron, durante siglos, los últimos que retenían o las primeras que vislumbraban de la España peninsular los viajeros de América.

Todo el conjunto exterior, metálico, en color albero, suspendido sobre basamento de piedra y contrastado por las barandillas y cables de acero inoxidable.

Nos viene a la memoria le definición de Alplund sobre el pabellón de entrada de la Exposición de Estocolmo de 1930: Quizá sea, más que un edificio, una estructura necesariamente festiva y publicitaria, adornada durante el día con el color de las banderas y por la noche por una potente iluminación.

 

PUBLICACIONES

‘Gerardo Ayala. Monografía’.
Editorial Munilla-Lería. 1994  p.62-73

‘Arquitectos Ayala. Monografía’.
Editorial Munilla-Lería. 2007  p.62-73

‘Arquitectos 88.4’
Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España. 1988 p.40

‘Arquitectos Ayala. Arquitectura 2000-2012’.
Edita General de Ediciones de Arquitectura. Biblioteca TC  p. 226-231